miércoles, 9 de mayo de 2007

Diario Ver. 1.2

Bueno pues no había escrito porque estaba en eso de adaptarme, luego recién me dejaron con mi jefita pero todo apretujado como pinche tamal. No sé porque a las enfermeras les dá por envolver a los bebés como kilo de tortillas, o sea, dicen ellas quesque para que no extrañen estar en la panza, !chingados! si los últimos cuatro meses se la pasa uno queriendo estirar las patas y apenas respira uno tantito y ahí estan las méndigas amarrándonos. Pero en fin. Pues ya con mi jefita me sentí muy chido. Entre tanto visitante ya no sabía yo a cual decirle papá, luego no se si eran unas mis tías o mis tíos, estaban muy bigotonas para ser las primeras y muy platicadores para ser los segundos. Luego llegó un pelirrojo y dije !en la madre! ese wey es mi papá y ahora voy a tener que estar pellizcando a medio mundo cada vez que lo vea. Pero no. Era el Doctor. Un Gúero de rancho todo colorado el pobre resultó ser mi jefe, todo sacado de onda pero se le veía contento y buena onda. A ver como me vá.

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